#ElPerúQueQueremos

campaña un BILLÓN de pie

(NO MÁS) ACOSO SEXUAL

“¿Vamos a tener las cárceles llenas de delincuentes por el terrible delito de mirar con persistencia a una bella mujer? ¿Qué vamos a hacer en la playa? ¿Qué vamos a hacer cuando queramos ver maravillosos bikinis que Dios y la naturaleza prodiga?”, dijo el parlamentario Martín Belaunde.

Publicado: 2015-03-08


Mi mente está en blanco, es catorce de febrero y estoy saliendo de la presentación de Un Billón de Pie, me olvido que invité a un buen amigo, caminamos rápido, llegamos al primer piso y nos detenemos por fin, me dice: ‘no sabía nada de esto’, suspiro y le digo que yo tampoco. Salgo aturdida por dos cosas, una: darme cuenta que el acoso y la violencia sexual era un tema tan mío y ajeno a la vez y dos: haber escuchado a Sylvia Falcón fue de otro planeta. Este tema no sale de mi cabeza desde ese día.

 los MONÓLOGOS de la vagina

Es viernes y tengo entradas para ver Chico Encuentra Chica, mi amiga y yo nos sentamos, se apagan las luces y empieza el martirio, no porque no me haya gustado la obra, al contrario, pero tocaba ese tema que no puedo (podemos) ignorar más. Es el intermedio y lo primero que hacemos es mirarnos y decir: ¿Por qué todos se reían? O sea la obra es graciosa pero en esencia a mí me perturbó mucho, la vi tensa, recordando una y otra vez ‘No es mi culpa’.

Salimos del Teatro Larco, apresuradas mientras renegamos porque creemos que reírse está bien, pero de cierta forma el exceso de risas que sentimos en esa función refuerza que es divertido ver a un mañoso siendo grosero y nos repetimos ‘Qué fuerte, todos deben venir a ver esto, el mensaje es claro’, bailamos, chupamos, conversamos, pero nunca olvidé lo que se preguntaba Teresa, ‘¿Hay algún patrón?’.

chico encuentra chica

Estoy en un lonche en casa de mi abuelo y es devastador escucharlo decir que está harto de los ‘quejones’, hay que vivir felices dice y por mi mente solo pasa ‘conformismo del final de nuestras vidas’, Yo lo fastidio y le digo: abuelo vives renegando de los renegones, la charla continua y empiezan a hablar del ‘acoso callejero’, esto es lo mío, pienso. Empieza a bromear y dice que siempre ha sido así y repite ‘que tanto se quejan, que muestren pruebas’, además ‘qué más quieren’ eso colma mi paciencia y me voy. Todas o sea el 100% aseguramos haber sido víctimas, no de piropos o frases obscenas sino de tocamientos, paleteos, metida de mano, roce o como le quieran decir, qué más prueba que esa, que más prueba que asegurar que a ninguna nos gustó, pero al preguntar quién de nosotras hizo algo, quién lo contó, pues ninguna solo mi tía hace un par de semanas ya con 30 años, pero de niña o adolescente nunca tuvo el coraje. 

Hoy al leer lo que dijo Martín Belaunde no pude evitar pensar en lo que mi abuelo dijo, en Chico Encuentra Chica y el análisis del compañero de Teresa respecto a cómo ven los hombres a las mujeres o Lelo Quintanilla y las tetas, en Mónica Sánchez interpretando a las mujeres bosnias víctimas de campos de violación, en Los Monólogos de la Vagina, en lo que vivió mi mamá cuando niña un asqueroso en la calle la llamo desde su carro y le enseño su pene, en Andrea de Atacada, en mi misma cuando siento los prejuicios de la gente, en las prostitutas, en las niñas, en mi hija.

Hay algo que la sociedad no entiende, reclamar un derecho y exigir respeto no nos vuelve quejones ni subversivos, toda mi vida he vivido en una constante lucha, mi hermano siempre dice que me hago problemas por las huevas y lamentablemente es por gente como él que nadie dice nada, es por eso que las mujeres siempre hemos aguantado el abuso, por miedo, por vergüenza, por no parecer ‘quejonas’, por no tener más prueba que un testimonio, porque la mayoría de mujeres fue criada así, porque es más fácil callar que gritar, porque no hay que esperar que nos suceda para ser parte.

Los hombres tienen que entender que el hecho de que una prostituta venda su cuerpo o dé servicios sexuales, no les da derecho a andar por ahí gritándole obscenidades o metiéndoles mano, mucho menos si ven a una mujer con una falda pegada o muy corta, en bikini o calata significa que tiene una cartel diciéndote ven viólame o ven tócame, eso no les da derecho.

Hoy puedo darme cuenta viéndome en el pasado cuánto daño hace el acoso callejero, literal cuando caminaba sola evitaba todas las construcciones, a grupos de dos o más hombres, a los camioneros, etc. prejuicio o no, creo que así me evité muchas frases incómodas porque vaya que hasta un hombre enternado o dentro de un supermercado no se aguanta y te dice una sarta de cosas que te alteran, que te avergüenzan, que te hace sentir un objeto, que te hace sentir chiquita, que te indigna pero muy pocas veces haces algo, eso era antes claro, ahora camino tranquila porque ahora ya no me siento más objeto, porque ahora ya no me cuestiono más si es mi culpa, porque ahora me pongo lo que me da la gana, porque si quiero le pongo puta a mi blog, porque puedo ser puta, porque puedo ser amnésica también pero con quién yo quiera y cuando yo quiera. Yo sé y entiendo que hay mujeres que sin importar la edad siguen sintiéndose objeto, siguen creyendo que no deben hacer nada, que ellas tienen la culpa, que deben cambiar y espero que alguna lea esto y ya no sea más ajena a un problema que todas hemos pasado alguna vez y no lo hemos contado, sepan que siempre deben defender sus derechos.

Doy gracias a Rosa Mávila, Mónica Sánchez, Aldo Miyashiro, Jason Day, Plan 9, La Plaza, Erika Villalobos y todos los involucrados con los distintos proyectos mencionados y los que no también, porque de alguna u otra forma todos nos ponemos de pie en contra de la violación y el acoso sexual.

No hay que esperar que nos suceda, no hay que ser mujer para ponernos de pie. FELIZ DÍA MUJER.



Escrito por


Publicado en

El Submarino

Sumérgete, Entérate